El esquí de travesía es una práctica deportista que implica periodos de ascenso y descenso freeride, para los cuales las botas de esquí de travesía están elegidas con precaución, para poder adaptarse a todos los terrenos.
Las botas de esquí de travesía tienen que estar equipadas de un sistema de bloqueo “camino”/”esquí”. La suela también tiene que permitir caminar en la nieve, pero también poder añadir crampones para subir más fácilmente. Las botas de esquí de travesía son bastante caras, porque son muy técnicas y tienen que dar una libertad de movimiento para el ascenso, y aumentar la rigidez para los descensos.
Algunos modelos de botas de esquí de travesía están realizadas gracias a las tecnologías nuevas, particularmente eficaces, como la "Axial Alpine Technology", que dan empeine y una carcasa muy ergonómica y ligera. Esta misma tecnología permite a las botas adaptarse al pie para dejarle su sensibilidad y más precisión en los movimientos. La suela Vibram ofrece un gancho excelente tanto en las rocas, como en la nieve o el hielo, para más seguridad. Aunque estas botas de esquí travesía son bastante caras, valen la pena para la comodidad y la seguridad que proponen.